Nuevo Imparcial.- Colmenar Viejo celebra el lunes 2 de mayo su Fiesta de La Maya para dar la bienvenida a la primavera con una bella ofrenda floral a la patrona de la localidad y la tradicional participación de cinco niñas vestidas de Maya.
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid acordó el 17 de noviembre de 2005 declarar Fiesta de Interés Turístico la Fiesta de La Maya de Colmenar Viejo.
“La Maya es una de las fiestas con más arraigo en nuestra localidad y de las más esperadas por los vecinos porque siempre es una alegría ver a las niñas vestidas de maya y las flores y el colorido que las rodea. Ellas son las verdaderas protagonistas de la fiesta”, resalta la Concejala de Festejos Remedios Hernán.
La primera actividad de la jornada será el Concierto que, patrocinado por la Comunidad de Madrid, ofrecerá la Banda Sinfónica de Colmenar Viejo en la Plaza del Pueblo, a las 12:30 h, con un repertorio que incluirá pasodobles y variedades.
Por la tarde a las 17 horas, cinco mayas ocuparán sus altares para, con sus respectivos grupos de niñas, ser admiradas por los transeúntes. Un pasacalles, el grupo de Coros y Danzas ‘Colmenar Canta’ y el grupo de dulzaineros ‘Aires Castellanos’ amenizarán la exposición de las mayas. Y posteriormente se entregarán los Premios a las Mayas participantes en el Parque Santiago Esteban Junquer
Las cinco mayas participantes, y sus ubicaciones, son las siguientes:
- – Irene García Sieteiglesias, C/ Marqués de Santillana.
- – Jimena del Valle López, Plaza del Pueblo, esquina C/ Feria.
- – Leonor de la Serna Adeva, C/ Feria, 13
- – Lucía Corrales Alfonso, C/ Feria (Capilla de Santa Ana).
- – Paula Gómez Criado, Plaza del Pueblo, esquina C/ Prim.
Fiesta de La Maya
La Fiesta de La Maya es un evento de gran tradición en la historia de Colmenar Viejo que gira en torno a las niñas y las flores. La ‘maya’ es una niña ataviada con enaguas y camisa blanca, mantón de Manila atado a la espalda, engalanada para la ocasión con múltiples abalorios, collares y flores en el cabello. Permanece sentada, muy seria y sin hablar, en un altarcito que previamente han preparado las madres y las abuelas con multitud de flores, sábanas blancas y una colcha de telón.
Junto a ella están sus acompañantes, unas niñas que, ataviadas de forma similar, aunque con el mantón de Manila colocado correctamente, se dirigen a los curiosos con un cepillo y una bandeja pidiendo dinero “para la Maya, que es bonita y galana”.