Nuevo Imparcial.- La Directora General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, Paloma Sobrini, acompañada del Concejal de Cultura, Jorge García, ha visitado esta mañana el yacimiento de Navalahija, ubicado en la Dehesa de Navalvillar de la localidad, para conocer de primera mano el avance de los resultados de la campaña de excavación que se ha llevado a cabo este verano, y que hoy precisamente termina, en este enclave, uno de los tres yacimientos colmenareños incluidos en la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid. El Ejecutivo regional ha invertido este año 27.000 € en este yacimiento un cerca de 90.000 en los últimos cinco años.
La Directora General de Patrimonio ha aprovechado también esta visita para saludar a algunos de los 30 voluntarios que a lo largo de esta campaña de verano han colaborado en las excavaciones. “Estamos en un yacimiento de gran riqueza que cada vez nos da más información del mundo de nuestros antepasados, de cómo vivían, de cómo trabajaban y en qué, de cómo construían sus viviendas o cómo organizaban sus aldeas. Nuestra Historia está en nuestro patrimonio y por eso es muy importante que lo conozcamos y que lo conservemos”,
El Edil de Cultura, por su parte, ha resaltado también la valiosa ayuda que han prestado los voluntarios a lo largo de esta campaña. “Hoy, día en el que termina la campaña y a la que ponemos el broche de oro con esta visita, queremos agradecer también públicamente a estos voluntarios el tiempo, dedicación e ilusión que han invertido en estos trabajos. Ellos son artífices, junto con los expertos, de dar cada vez mayor dimensión social a estos tesoros arqueológicos, de acercar año tras año a la población en general su enorme valor y de transmitir el respeto y la conservación que merecen”, ha destacado el Concejal de Cultura, Jorge García Díaz.
Los trabajos arqueológicos en el yacimiento de Navalahija se enmarcan en un proyecto de investigación iniciado en 2008 sobre el Poblamiento durante la Antigüedad tardía en la presierra madrileña: Cuenca Alta del Manzanares, dirigido por los arqueólogos Rosario Gómez Osuna y Fernando Colmenarejo García, directores de la excavación arqueológica de Navalahija.
Este yacimiento, junto con el de Navalvillar (ambos ubicados en la Dehesa de Navalvillar) pertenecen a la red aldeana que se configuró en este espacio serrano entre finales del s. VI y el s. VIII d.C y cuya actividad económica se centró en la minería y metalurgia del hierro, además de en el aprovechamiento de los recursos que ofrecía su entorno y la ganadería ovina y Las excavaciones arqueológicas en Navalahija comenzaron en 2008 y se centraron en el denominado edificio 1. El resultado de esos primeros trabajos fue alentador: se descubrió la presencia de un complejo industrial de cuatro estancias con abundantes restos de escorias que contenían mineral de magnetita y herramientas líticas utilizadas en el proceso de reducción del A iniciativa de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid y en coordinación con el Ayuntamiento de Colmenar Viejo, los trabajos de la campaña de este año se han centrado en conocer más a fondo alguna de sus estructuras adosadas así como en mejorar su adecuación a los visitantes, ya que, junto con el de Navalvillar y la necrópolis de Remedios (ambos conjuntos arqueológicos también de la misma época), el yacimiento de Navalahija está incluido en la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid.
Los trabajos han permitido retirar al exterior de los diferentes alzados los estratos de los derrumbes que aún estaban en el enclave, recuperando nuevamente varias herramientas y escorias y alcanzando los niveles de uso, donde comienza a aflorar parte del material cerámico.
Otro de los puntos donde se ha intervenido este año ha sido en la denominada estructura 93, incluida en la estructura 94 -uno de los complejos de la aldea que engloba otras más y que se comenzó a excavar en 2014. En ese lugar y después de levantar los niveles superficiales, se ha descubierto una habitación de unos 5×3 m construida con grandes bloques irregulares de gneis, el material de la zona. Entre los derrumbes han aparecido piezas que hablan de la realización de actividades como la molienda de cereales y otros frutos a través de los molinos de mano, del hilado de fibras animales o vegetales -dada la presencia de una pesa de huso- o del afilado de herramientas metálicas como cuchillos, utilizando cantos rodados de diferentes tamaños.