La verdadera historia de Homo Artis

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La falta de ideas y la escasez de creaciones originales en el mundo actual, afecta a todas las disciplinas del saber y a todos los órdenes de nuestra complicada sociedad, siendo el plagio y la utilización de ideas ajenas en el mundo de las artes en general, un problema de descomunal proporción, difícil de atajar, pues se confunde creación con utilización de contenidos ajenos, total o parcialmente, como una reutilización libre de las ideas o los contenidos, aún cuando ni siquiera se cite la fuente desde la cual se opera la supuesta reinterpretación de un material plástico o sonoro no propio.

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Hago saber que son aquellos que se autoproclaman progresistas en España, los primeros que, indignadísimos con los plagios y malas utilizaciones de las obras de músicos y cineastas, y que lanzaron una plétora de cuestiones, fomentando una ley para luchar contra la piratería y en favor de los derechos de autor, socialistas y comunistas entre otros, se han dedicado de una manera injuriosa a exigir derechos, pero también los primeros que han buitreado las ideas ajenas en innumerables ocasiones, plagiándolas con desvergüenza y descaro… los primeros que han hecho copias burdas del trabajo original de otros, presentándolo como propio.

Desde el Quijote de Avellaneda, caso paradigmático en la historia de la literatura en lengua castellana, (esto es algo muy propio de la mentalidad de nuestro país)  hay quienes para aparecer como auténticos creadores han plagiado las ideas de otros, haciendo lamentables copias burdas de aquellas obras que consideraban factibles para sus necias y  falsas pretensiones de originalidad, pero la mierda siempre ha salido a flote en el océano del arte, y antes o después todo se sabía, y aquellos que intentaban tan torpes maniobras iban quedando retratados.

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Hoy en día es mucho más fácil descubrir las fechorías de los plagiadores, Simplemente porque la gente tiene memoria y existen los archivos y la nutrida documentación de cualquier evento mínimamente difundido por internet, con todo lujo de detalles para quien quiera saber la verdad de las cosas.La historia viene de atrás, y es un sangrante ejemplo más,  entre los muchos que se producen en el ámbito de la creación artística en España, de cómo se respetan de una forma muy relativa los derechos de autor, sobre todo cuando se trata de artes plásticas (pintura, dibujo, escultura, etc.)

El caso es que Adolfo Falces, pintor, escultor,  poeta  y contribuyente,  y al día con el fisco  del ayuntamiento del madrileño pueblo de Colmenar Viejo, por partida doble, ya que tiene vivienda y estudio en esta villa, realizó un exposición individual en la galería Trueno, que dirige y coordina Pedro Morajudo (junto con su socio, el aspirante a alcalde al ayuntamiento de Colmenar Viejo por las listas del partido socialista en las anteriores elecciones municipales)  entre noviembre y diciembre del año 2009. En dicha exposición se exhibía una obra  escultórico-pictórica, un depurado ready-made consistente en un maniquí de escayola de los años cincuenta, completamente lleno de escenas, paisajes, figuras, símbolos, etc. Realizados con técnicas mixtas. La obra, titulada hombre-arte, representaba la barroca figura de un cuerpo masculino completamente cubierto de imágenes pictóricas.

Esta pieza, que seguía la tradición surrealista de Marcel Duchamp y de Salvador Dalí (creador indiscutible este último, de este género concreto de “artefactos” durante los años cuarenta, en su primera estancia en New York), presentaba la metáfora del  hombre-arte, del hombre-creación, con todos los géneros de la pintura (naturalezas muertas, paisajes, figuraciones, retratos) desarrollados sobre la superficie del objeto , pintados con suma delicadeza, utilizando la más antigua de las formas de aplicar la capa sólida sobre soportes calizos, desde el mismísimo Piero de la Francesca.

Como bien explicaba Adolfo en varios de sus textos, con motivo de la exposición realizada en la galería Trueno de Colmenar Viejo, en el año 2009, esta metáfora, este maniquí decorado, tatuado, revestido de iconografía, era una propuesta que se presentaba en esta galería con un único fin, iniciar un nuevo tipo de trabajos que describieran el interior del hombre creador, del ser humano inventor de realidades, del hombre-arte, cuya capacidad creadora es infinita. Es obvio que el autor único y exclusivo de esta idea y de esta obra es Adolfo Falces Delgado, quien la crea en su estudio de la calle Mosquilona, en Colmenar Viejo, entre el año 2003 y el año 2005.

Pero cuál es su sorpresa cuando se encuentra que la propia concejalía de cultura de Colmenar Viejo y su concejal al frente, (es de suponer que engañados por alguien, supongo que por el director de la sala Picasso de la misma localidad, conocido con el apodo de “Tente” y casualmente amiguísimo del director de la galería Trueno, Pedro Morajudo)  ha  organizado y subvencionado, tomando la idea literalmente de la de Adolfo Falces, en la plaza del ayuntamiento, la instalación,  “Homo artis”, que durante los meses de mayo y junio de 2012, llena con maniquís decorados por artistas que tengan vinculación con Colmenar Viejo, dicha plaza. Parece ser que de repente, Adolfo Falces no tiene ninguna vinculación con esta Villa centenaria y que tampoco es autor de esta idea presentada en la galería Trueno poco tiempo antes, cuando, además ha realizado cinco exposiciones individuales en este municipio ( 2 en la sala Picasso,  y 3 en la galería Trueno), y para más inri su obra y biografía están expuestas en la página de cultura del Ayuntamiento de Colmenar Viejo  en Internet desde hace varios años.

Tente, perpetrador de este evento, y director de la sala de Picasso de Colmenar Viejo, perteneciente a la concejalía de cultura, conoce muy bien a Adolfo Falces y su obra, pues este autor ha expuesto en dos ocasiones en la mencionada sala de exposiciones. Este personaje estuvo además en la inauguración de la exposición de la galería Trueno anteriormente citada, en donde tuvo conocimiento del maniquí pintado y de los textos e intenciones de su autor. La propuesta “Homo Artis” promovida por Tente y Pedro Morajudo y su socio de la galería Trueno,  y que pretende  hacer algo “nuevo y rompedor” en el pueblo, poblando la plaza del ayuntamiento de maniquíes, que casualidad, pintados e intervenidos por artistas residentes en Colmenar Viejo,   ha sido subvencionada ingenuamente por la propia concejalía del pueblo, sin contar en ningún caso con la participación de Adolfo Falces ni para citarle siquiera como fuente de referencia y autor de la idea. La capacidad creadora de estas gentes deslumbra, sobre todo porque se trata de “galeristas”, como es el caso de Pedro Morajudo, metidos a creadores de nuevo cuño a base de ideas plagiadas de los artistas de su propia galería.

En resumen, “Esta gran novedad tan rompedora” dirigida por el ínclito Tente y en la que casualmente participa el director de la galería Trueno como artista, “autor” de uno de los maniquíes, plagia y fusila la idea de Adolfo Falces, artista de su galería, de manera vergonzosa. Siendo para mayor escarnio, subvencionada y apoyada por el mismo ayuntamiento, como una idea original de estos personajes. ¡Qué vergüenza!, Cómo es posible que alguien que se dedica a organizar exposiciones de artistas plásticos, presentaciones de libros y conciertos de música en su supuesta galería de arte, se dedique a plagiar las ideas de sus artistas o a hacer copias burdas de sus obras presentándolas después como algo nuevo y original, que sale de su propia cosecha, y que es su creación. ¿No debe un galerista de arte proteger a quienes le pagan con un treinta y cinco por ciento neto de cada una  de las obras vendidas en su galería?, a quienes exige le “donen” una obra, la cual suele vender a espaldas del pintor o escultor lo más rápido posible. ¿Qué derechos tiene el artista con gente de esta calaña?, ¿Qué catadura moral posee quién plagia las ideas o copia burdamente las obras de quien es su artista y protegido, y aprovecha la privilegiada  posición como marchante de su obra, y posible fuente de ingresos en el mundo del arte, para beneficiarse en la supuesta faceta de autor vanguardista advenedizo de última hora?…Queda demostrado que si dejamos a la zorra para que nos cuide las gallinas, nos quedamos sin gallinas porque se las come vivas. Pedro Morajudo es en este caso, el ejemplo palmario de todo aquello que no debe ser un galerista profesional.

También queremos Manifestar la indignación con la concejalía de cultura que apoya estos despropósitos, tal son, intentar destruir el prestigio de artistas de Colmenar para aupar a aquellos, supuestamente del mismo Colmenar, que le han copiado burdamente.

¿Así se hace la cultura pública?, felicidades a todos; A Pedro Morajudo  y a su socio de la galería Trueno, al concejal de cultura de la villa, al cual no tengo el gusto de conocer, y al insigne Tente, director de la sala Picasso de la misma localidad y muñidor de este evento esperpéntico. Les felicitamos por su sinvergonzonería y su incompetencia, o quizás en algún caso, como pueda ser el del concejal de cultura, por su ingenuidad y desinformación al dedicar, con un criterio de desigualdad y absurdez supina,  dineros y espacios públicos para fusilar la obra de un creador de Colmenar en favor de sus plagiadores o amanuenses de pacotilla, supuestamente de Colmenar también.

Habrá que avisar, y dar parte en el AVAM  para que se sepa cómo se las gastan y a que se dedican para apoyar y fomentar el arte en este ejemplar centro de la cultura de la comunidad de Madrid, llamado Colmenar Viejo.

Plinio Vasari Adorno (Librepensador y filósofo posmoderno)