El Titanic llega a Madrid el próximo 3 de octubre en el Fernán Gómez

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Titanic zarpa (2)

Nuevo Imparcial.- La exposición internacional Titanic llega a Madrid, el próximo 2 de octubre, en las instalaciones del Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa del Ayuntamiento de Madrid. La exposición del año en Madrid concluirá su estancia en la capital española el 6 de marzo, para continuar con su gira mundial.

La muestra, que podrá visitarse hasta el 6 de marzo,  reúne cerca de 200 objetos originales, algunos de los cuales se exponen por primera vez, desvelando al público historias desconocidas. Propone un viaje emotivo y, sobre todo, muy humano a través de la historia de este icono del siglo XX.

Camarote 3-¬

 

El visitante aprenderá cómo era la vida a bordo del más lujoso trasatlántico de todos los tiempos y  se sentirá un viajero más de su travesía inaugural. Hay un recorrido por un pasillo de primera clase, se pueden observar los camarotes de tercera o tocar un auténtico iceberg. Cerca de dos millones de personas en todo el mundo ya la han visto. Una audio-guía especial cuenta los testimonios originales de pasajeros que acompañan al visitante por los más de 1.500 metros cuadrados que componen la exposición.

Lo nunca visto y contado

Entre los objetos expuestos se encuentran: la joya original que inspiró al cineasta James Cameron para escribir el guión de la oscarizada Titanic (“el corazón de la mar”); las únicas cartas que se conservan escritas por el primer oficial William Murdoch a bordo; el famoso anillo de la pasajera Gerda Lindell, o relojes parados a la hora exacta del hundimiento.

Objetos 3

La madrugada del 14 de abril de 1912, el sueco Malkolm Joakim Johnson descansaba en su camarote, como el resto de pasajeros a bordo del Titanic. De repente, una gran sacudida lo despertó. El buque había colisionado con un iceberg y, aunque aún no lo sabía, había dictado su sentencia de muerte. En tan solo unas horas, aquella obra de ingeniería sin precedentes estaría hundida a más de cuatro kilómetros de la superficie y él muerto por congelación.

Su historia podría ser la de cualquiera otra de las 1.495 víctimas de una de las tragedias marítimas más terribles de todos los tiempos, pero Malkolm no era un pasajero cualquiera. Aunque vestía como un emigrante cualquiera y se acomodaba en tercera clase, escondía un gran secreto en sus tobillos: el dinero suficiente para comprar la gran casa familiar que su padrastro administraba en Suecia.