Nuevo intento de golpe del Partido Popular a la democracia municipal

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Tras la moción de censura y la pérdida del Gobierno del Estado del Partido Popular, dicho partido ha propuesto al actual Gobierno la reforma de la ley, con el propósito de primar y sobre representar a la lista más votada.

El PP ve con impotencia como su poder en municipios y comunidades autónomas puede reducirse en las elecciones municipales y autonómicas de 2019, y trata de ganar a la desesperada a base de pucherazo lo que no consigue con los votos o los acuerdos con otras fuerzas políticas.

Se trata de un ataque directo a la democracia que responde únicamente a los intereses electoralistas del PP y que pone de manifiesto su debilidad ante las opciones del cambio y la pluralidad política.

En democracia hay que buscar el apoyo de las vecinas y vecinos, además de ser capaz de llegar a acuerdos con otras sensibilidades. El mandar por decreto es más propio de otros regímenes, felizmente superados, aunque parece que pervive cierta nostalgia de tiempos pasados.

Quieren hacer desaparecer el control democrático del Pleno Municipal sobre la acción del Alcalde o Alcaldesa, reconvertido en cacique; anular a la oposición política y asegurar que no hayan propuestas alternativas con otra forma de gobernar y entender la política municipal. Así como consolidar la red clientelar y corrupta tejida por el PP en sus instituciones, sin testigos.

No podemos olvidar que, con las cifras en la mano, cuando dos o más partidos alcanzan una mayoría para gobernar, estos representan a la mayoría de la ciudadanía y por tanto, su gobernanza es absolutamente legítima. Operar contra el principio de proporcionalidad electoral supone operar contra el propio concepto abstracto de mayoría y sin ninguna duda, contra la minoría social.

Esta reforma no pretende regenerar nuestra democracia, sino más bien degenerarla, pues acaba con la pluralidad y enroca al poder municipal sobre sí mismo, convirtiendo los Ayuntamientos en organismos opacos y poco democráticos.

Intentar sostener y reforzar el sistema bipartidista basándose en los deseos de mantener oligopolios de poder, no es más que otra manera de seguir primando los intereses de unos pocos frente a los de mayoría social y las clases populares. Es, en definitiva, el intento encubierto de un golpe de Estado a la democracia.

También sorprende la caradura del PP que propone ese modelo para todas y todos, y no se lo aplica en casa. No olvidemos que el actual Secretario General del PP, Pablo Casado, gano (legítimamente) a su contrincante por voto indirecto cuando Sáez de Santamaría había ganado en voto popular.

El PP denomina fuera de su partido a esto “pacto de perdedores”, cuando es pura y simplemente democracia. ¿A ver si a lo que van a tener alergia es a la democracia?

Javier Heras. Portavoz Municipal de Ganemos Sanse y Primer Teniente de Alcalde
@JaviHerasv
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