El Distrito Salamanca rinde homenaje al ilustrador taurino Andrés Martínez de León

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    placa pintor

    Nuevo Imparcial.- Ayuntamiento y Comunidad de Madrid se han unido para rendir homenaje al  ilustrador  y escritor sevillano Andrés Martínez de León, con la colocación de una placa en la fachada de la casa de Alcalá 177,  donde  el artista vivió y pintó desde el año 1931 hasta su fallecimiento en 1978.   El concejal del Distrito Salamanca, Fernando Martínez Vidal, descubrió hoy la placa que lucirá a partir de ahora en la fachada de la casa en la calle Alcalá 177 como reconocimiento a este ilustre vecino de Madrid y con motivo del 35 aniversario de su muerte.  Hace unos meses, el Centro de Estudios Taurinos de la Comunidad de Madrid, que dirige Carlos Abella, se sumó a este homenaje del pueblo madrileño, exponiendo en el Museo Taurino de las Ventas dos obras donadas por la Fundación Martínez de León.

    Oselito en Rusia

    En pleno Distrito Salamanca, en la calle Alcalá 177, el artista dibujó gran parte de su obra y escribió la obra “Oselito en Rusia”, así como cientos de historietas para la prensa madrileña e ilustraciones ingeniosas que han ilustrado numerosas publicaciones de autores de prestigio como Manuel Chaves Nogales, Gregorio Corrochano, Benito Mas y Prat, José Manuel Caballero Bonald, Blas Infante, Pedro Garfias y José Mas.  Andrés Martínez de León nació en Sevilla, en la  localidad de Coria del Río. De familia humilde, a los 14 años se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Sevilla, y con veinte ya exponía por primera vez e iniciaba su colaboración  con la prensa. A partir de entonces, el pintor será también ilustrador gráfico, centrándose principalmente en el mundo taurino al que fue aficionado y gran entendido desde sus inicios como persona y como artista. Martínez Vidal ha recordado hoy que el artista sevillano, hijo adoptivo de Madrid, inventó en  1918  “una de sus mágicas creaciones”, el personaje Oselito, que con su clásico sombrero de ala ancha, pajarita, chaquetilla corta, pantalón negro y ademán taurino, “supo conquistar a tantos lectores desocupados o atentos”. Es difícil olvidar este personaje sevillano en cualquiera de sus múltiples apariciones en la prensa nacional española. También dio  vida a muchos personajes y a muchas escenas genuinamente españolas y sobre todo a la fiesta del toreo “pocos han sabido captar con su pincel la luz menguante de las “cinco de la tarde” lorquianas, el movimiento ágil de los jinetes y de sus caballos, la sobriedad e imponencia del toro, el quiebro del torero semejante a una línea en zig-zag, el espacio oval o redondo, siempre abierto de la plaza, el sonido de las bandas y metales, el aplauso o la protesta: ese misterio profundo de la fiesta, de la vida y de la muerte”, ha recordado Martínez Vidal.