El Muro de Berlín. Un mundo dividido en la Fundación Canal

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz
Ayuso, ha presentado el pasado 7 de noviembre la primera gran exposición itinerante a nivel mundial sobre la historia del Muro de Berlín, que tendrá como sede inaugural la capital de España, en la Fundación Canal, coincidiendo con el hermanamiento que la une desde 1989 con la ciudad alemana.

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De izqda. a dcha: Mariano de Paco, consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la CAM y vicepresidente segundo del Patronato de la Fundación Canal; Carlos Novillo, consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la CAM y presidente del Patronato de la Fundación Canal; José Antonio Múgica, miembro del consejo de administración de Musealia; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid; Luis Ferreiro, director de Musealia; Eva Tormo, directora gerente de la Fundación Canal de Isabel II y José Luis Fernández-Quejo, director gerente ente público Canal de Isabel II

La muestra, que abre sus puertas al público este jueves, 9 de noviembre, coincidiendo
con el 34º aniversario de la caída del Muro, recoge más de 300 objetos originales,
expuestos en su mayoría por primera vez, y testimonios inéditos. Una exposición repleta
de historias reales que “son prueba del abismo al que nos pueden llevar las decisiones
políticas fanáticas de unos pocos”, según ha señalado Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha dicho también que es importante conocer la Historia y el pasado, para entender el presente y elegir “responsablemente” el futuro y ser “libres” a la hora de hacerlo. “La libertad ha estado, está y seguirá estando en juego. Por eso, 34 años después de la caída del muro de Berlín, esta exposición recorrerá el mundo por primera vez para enseñar y exponer la barbarie que supuso su construcción”, ha añadido.

DÍAZ AYUSO, EN LA PRESENTACIÓN OFICIAL DE LA EXPOSICIÓN EL MURO DE BERLÍN. UN MUNDO DIVIDIDO EN LA FUNDACIÓN CANAL

La exposición cuenta, entre otras piezas, con 20 metros del propio Muro, de 3,5 metros de altura y 2,6 toneladas, y materiales que retratan su evolución con el paso de las décadas, como el alambre de espino colocado en la primera etapa de la división.

Las tensiones vividas a nivel global durante el conflicto de la Guerra Fría se verán reflejadas a través de elementos como un carrito de bebé utilizado para el contrabando y la provisión de alimentos, unas gafas de cristal grueso empleadas durante las detonaciones nucleares, un detector de radiación, el tramo de un túnel de espionaje que atravesaba el Berlín subterráneo o archivos secretos de la Stasi, el servicio de inteligencia de Alemania del Este.
Además, un martillo y un cincel usados para demoler el Muro el 9 de noviembre de 1989, entre otros objetos, representarán su caída y el ansiado final de la Guerra Fría.