Colmenar Viejo celebró este fin de semana las IV Jornadas de Pastoreo, un evento con el que se quiere rendir homenaje a un oficio ancestral hoy prácticamente desaparecido en la localidad.
“Todos tenemos en la mente esas imágenes de grandes rebaños de ovejas dirigidos por perros carea (perros de pastor) camino a los apriscos, ayudando al pastor a separar a cada oveja para el esquileo o arreando al rebaño para que pase por la manga para ser vacunado, todos ellos trabajos complicados de realizar sin la ayuda del perro. Estas jornadas son nuestro pequeño homenaje a esos pastores y a esos perros a los que no siempre se les ha valorado su trabajo”, explica la Concejala de Turismo colmenareña, Remedios Hernán.
El viernes 13 de abril. Ese día, aumnos del CPB Fuente Santa realizaron una visita a la Dehesa de Navalvillar, el pulmón verde de Colmenar Viejo, para, dirigidos por el Guarda Rural municipal y Coordinador de las jornadas, Fran García, conocer la flora y la fauna de este rico espacio natural, su actividad ganadera, la historias de las películas rodadas en ella, los yacimientos arqueológicos que atesora, su valor paisajístico, etc.
Los escolares presenciaron después una exhibición de pastoreo en la que Casta, una preciosa perra de raza border collie, demostró sus habilidades para guiar a un rebaño de ovejas churras colmenareñas, su trabajo de empuje por los flancos y recogida del rebaño, siempre atenta a las órdenes del pastor.
Posteriormente, los niños verán una demostración de esquileo a tijera y, por primera vez este año, hicieron una simbólica Trashumancia de 2 km por el interior de la Dehesa, guiando el pequeño rebaño de ovejas del Ayuntamiento, ayudando a los pastores al traslado de los animales y conociendo más detalles sobre la trashumancia y las diferentes labores del pastor.
El sábado 14 de abril las Jornadas se trasladarán a la Plaza de Toros y su entorno. Los asistentes presenciaron la enorme capacidad de los perros como auxiliares de los pastores, su versatilidad en el manejo de los distintos rebaños , su precisión de movimientos para conseguir que los animales entren por lugares estrechos, su velocidad para evitar que los rebaños queden fuera de control, su maestría para separar las ovejas para manejos específicos, su coordinación con el pastor y su atención a todas las órdenes que se le dan.